Pildora del Día después (Gloria Moya)

Hola, tantas lunas.

Me metí por fin al blog y me la ganó la tec del posteo. No puedo dejar de compartir al menos un cometario por lo que pasa en estos días, gracioso pensar en lo tan moderno que creemos nuestro Chile, a dos pasos de la inquisición... a veces no les parece que...sería tan sencillo que todos pensaran igual que uno, todo estaría siempre acordado, no habría mundos que arreglar, no habrían bandos, sólo uno -el mío-, además todos seríamos simpáticos y habría una sola vereda. Sólo habría agua mineral sin gas y el café sería para todos amargo, bien cargado y con canela. No habría votaciones, ni candidatos y por cierto, la palabra desacuerdo no estaría en el diccionario. Ya no tendrían sentido esos largos debates con mate o vino con los amigos, así como tampoco se vendería Coca-cola, porque opino que daña el organismo. Está claro que todos serían de Boca Juniors, pq estaríamos de acuerdo en que los chilenos somos malos pa la pelota....en verdad, quizás ni siquiera habrían preguntas, porque tampoco habrían dudas, y de ahí, cualquier respuesta sería un desperdicio. Todo sería más fácil, tristemente fácil, olvidaríamos la emoción de optar, el alma que llena el pecho al defender alguna causa nuestra...o la de algún otro que nos parezca justa, lejos estaría esa dignidad que se nos regala al poder escoger lo que queremos para nuestra vida y la opción que significa trabajar por un futuro, ése futuro, uno muy mío, o nuestro, no el que ese señor pretende pensar y decidir por mí, no ese futuro impuesto por alguien que no conozco, que quiere a la fuerza, hacer mía su obtusa forma de entender el mundo, que pretende definir que los hijos que ni siquiera se si podré tener, llegarán regulados por norma y no por la elección del momento en que me sienta preparada para dedicarles el alma, tiempo y todas esas cosas que desde ya se merecen por el sólo hecho de estar en mi imaginación.

Esos señores legisladores de sus deseos, al querer declarar inconstitucional las Normas de Regulación de la Fertilidad, no solamente vulneran mi derecho y el de millones de mujeres de decidir sobre su cuerpo, futuro y la opción de la maternidad, le quitan a las familias de nuestro país, la posibilidad de planear cómo y cuando se van construyendo, así como también ponen en riesgo la integridad de muchos que aún no nacen, altamente expuestos al abandono en sus múltiples formas.

Esos señores legisladores del antojo... la gran diferencia entre ellos y yo, es que el mundo por el que trabajo, es un espacio amplio donde caben ellos también, en su diferencia y dignidad, y no el pretencioso remedo celestial que construyen, en donde juegan a imitar malamente a Dios, juzgando sobre el bien y el mal, dictando mandamientos, en una tierra cada vez más pequeña para las ideas.

Espero que esos señores legisladores, puedan reparar todo el daño y dolor que provocan en estos días, los derechos que vulneran y el espíritu ciudadano y democrático que denostan. Amén.

abrazo fuerte a todos

cariños. Gloria